Desentrañamos la trama al instante
y esa magia nunca había ocurrido
mil espejos donde verse el semblante
al mismo tiempo que esa luz ha sido.
Antes, el fuego, las piedras, los palos,
palomas, la imprenta, el telegrafista
que blandía el morse pulsando el halo
mientras Bell acercó esa voz que dista.
Ahora es la nube, el tejido invisible
que hace visibles otros universos
los unos y los ceros tornan tangible
los sueños que se ocultan tras los versos.