Me imagino en una terraza
al sur de aquella fría ciudad.
Con una taza de té en la mano,
calentándome los dedos
con el calor de la cerámica.
Me imagino de noche, necesitando aire,
porque la noche axfisia estando tan lejos.
Me imagino rodeada de no-geranios,
de no-golondrinas,
de gente rara y blanquecina con olor a rancio.
Me imagino en una era de sueños atascados,
recopilando material bello y horrible
del que cura y mata al mismo tiempo.
Me imagino que ya estaré dormida en aquella terraza,
en este momento, dentro de un año.
O tal vez, si hay suerte, estés tú allí, conmigo.
Sujetándome la taza mientras trato de dibujarte,
o de escribirte,
o de soñarte.
Vértigo.
Bárbara Grande Gil.
(Ediciones de la Isla de Siltolá, 2016)