Somos claro reflejo en el espejo
del otro, del que sueña al otro lado
del cristal hexagonal, del entramado
del baile que dibujan los trebejos.
Quiero amar, y que me amen, como todos
Pero tengo miedo, como cualquiera.
Siempre dudamos la mejor manera
de pasar y no caer en el lodo.
Las emociones son universales
como la muerte también nos igualan
para tener miedo, no de las balas,
sino de la prisa con la que salen.
Y un anhelo incansable, irreal y eterno.
Eso es simplemente, sencillamente
ser humano, ser corazón latiente,
morada al tiempo de un cielo y un infierno.