Somos claro reflejo en el espejo
del otro, del que sueña al otro lado
del cristal hexagonal, del entramado
del baile que dibujan los trebejos.
Quiero amar, y que me amen, como todos
Pero tengo miedo, como cualquiera.
Siempre dudamos la mejor manera
de pasar y no caer en el lodo.
Las emociones son universales
como la muerte también nos igualan
para tener miedo, no de las balas,
sino de la prisa con la que salen.
Y un anhelo incansable, irreal y eterno.
Eso es simplemente, sencillamente
ser humano, ser corazón latiente,
morada al tiempo de un cielo y un infierno.
La estrofa final me recordó a Blake. Vas encontrando la forma de redondear desde la sencillez, ¡felicidades!
ResponderEliminarQué alegría encontrarte de nuevo, aquí y en nictonauta. Beso enooorme!
ResponderEliminarNi te imaginas las ganas que tenía de regresar a los alrededores tuyos
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