SIGLO XVIII: ILUSTRACIÓN Y NEOCLASICISMO
CONTEXTO HISTÓRICO EN EUROPA
En el Siglo de las Luces o Ilustración, destaca la razón frente a la fe, así que la Iglesia pierde poder. Esto nace del Racionalismo (razón como base, Descartes) y el Empirismo (experimentación y comprobación, Hume).
En política destaca la independencia de los EEUU (1776) y la Revolución Francesa (1789, “libertad, igualdad, fraternidad”: se dice por 1ª vez que todos los hombres son iguales).
Teóricos ilustrados: Voltaire, Montesquieu, Rousseau y Diderot, que recogen el saber en Enciclopedias. Se pretende que el saber llegue al mayor número de personas.
RASGOS
- Cientifismo y enciclopedismo (se estudia y se reúnen los conocimientos)
- Despotismo ilustrado (todo para el pueblo pero sin el pueblo)
- Visión materialista, práctica, y agnóstica.
- Se retoman las normas clásicas (neoclasicismo), con finalidad didáctica (enseñar deleitando), pero a veces es frío y rígido, nada de excesos.
EN ESPAÑA
Estábamos muy atrasados y no llegan bien las ideas, la iglesia y los nobles conservan su poder en nuestro país, como siempre.
Las ideas se introducen por periódicos, viajes, tertulias, academias… En política acaban los Austrias y comienzan los Borbones, con 3 períodos:
- 1ª ½ del siglo: Felipe V y Fernando VI. Se crea la Biblioteca Nacional y la RAE (1713)
- Carlos III, prototipo del Despotismo Ilustrado.
- Carlos IV, retrocede por miedo a la Iglesia y a los nobles.
LITERATURA
No hay grandes obras porque se exigen demasiadas normas para crear, no existe libertad, así que destaca el ensayo y el artículo.
Se distinguen 3 periodos:
1) Posbarroco (1700-1750) Contra el Barroco y su recargamiento. Decaen la poesía y el teatro y se alza el ensayo y la fábula. Destaca la RAE con su Ortografía, Gramática y Diccionario de Autoridades; Ignacio Luján y su Poética (conjunto de normas literarias); Feijoo, con muchísimos ensayos como Teatro crítico universal y Cartas eruditas; Francisco de Isla con Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas; Torres Villarroel con Visiones y visitas de Torres con Quevedo por Madrid.
2) Neoclasicismo (1750-1780) Estricto, didáctico y filosófico. En teatro se vuelve a las normas clásicas (las tres unidades: un lugar, una acción y un día) Se imita a los franceses Molière y Corneille.
3) Últimas décadas: se defiende la emoción y el sentimiento, prerromanticismo, rechazo de normas, destacan Blanco White y Alberto Lista, que influirá en Espronceda. En teatro gustan los sainetes de Ramón de la Cruz, piezas breves y populares, y los dramas exagerados con magia y héroes. Pero destaca Leandro Fernández de Moratín (Escuela madrileña) con su El sí de las niñas (obra que critica los matrimonios apañados de viejos con niñas, en tres actos) y García de la Huerta con La Raquel, que es histórica. Destacan las fábulas para enseñar de Iriarte y Samaniego. En la escuela salmantina sobresalen José Cadalso con sus Noches Lúgrubes (donde un hombre desentierra a su amada para morir junto a ella) y Cartas Marruecas (correspondencia entre dos marroquíes y un español donde se critican los vicios y problemas de la época); Meléndez Valdés con su poesía Anacreónticas y Jovellanos, que escribió poemas y muchos ensayos didácticos como Informe sobre la ley agraria.
Después de este breve resumen, lee los textos y contesta a las preguntas de cada uno de ellos:
LITERATURA S. XVIII (CLASICISMO)
|
Villarroel |
Lee
los siguientes textos y contesta a las preguntas:
Texto I: Mi vida, ni en su vida ni en su muerte, merece más honras ni más epitafios que el olvido y el silencio. A mí sólo me toca morirme a escuras, ser un
difunto escondido y un muerto de montón, hacinado entre
los demás que se desvanecen en los podrideros. A mis
gusanos, mis zancarrones y mis cenizas deseo que no me las alboroten, ya
que en la vida no me han dejado hueso sano. Vida, ascendencia, nacimiento, crianza y
aventuras de Diego de Torres Villarroel
2.-
Realiza el análisis morfológico de las palabras en negrita.
3.-
Busca el significado de las palabras marcadas en rojo.
Texto
II:
|
Cadalso |
En Europa hay varias clases de
escritores. Unos escriben cuanto les
viene a la pluma; otros, lo que les
mandan escribir; otros, todo lo contrario de lo que sienten; otros, lo que
agrada al público, con lisonja; otros, lo que les choca, con reprehensiones. Los de
la primera clase están expuestos a
más gloria y más desastres, porque pueden producir mayores aciertos y
desaciertos. Los de la segunda se lisonjean de hallar el premio seguro de su trabajo; pero si, acabado
de publicarlo, se muere o se aparta el
que se lo mandó y entra a sucederle uno de sistema opuesto, suele encontrar
castigo en vez de recompensa. Los de la tercera son mentirosos, como los llama
Nuño, y merecen por escrito el odio de todo
el público. Los de la cuarta
tienen alguna disculpa, como la lisonja no sea muy baja. Los de la última
merecen aprecio por el valor, pues no es poco
el que se necesita para reprehender a quien se halla bien con sus
vicios, o bien cree que el libre ejercicio de ellos es una preeminencia muy apreciable. Cartas Marruecas de José de Cadalso.
5.-
Realiza el análisis morfológico de las palabras en negrita.
6.-
Busca el significado de las palabras marcadas en rojo.
Texto III: El sí de las niñas, de Moratín.
|
Moratín |
SIMÓN.- Sí, por cierto... Es muy linda y...
DON DIEGO.-
Es muy linda, muy graciosa,
muy humilde... Y, sobre todo, ¡aquel candor, aquella inocencia!
Vamos, es de lo que no se encuentra
por ahí... Y talento... Sí señor,
mucho talento... Conque, para acabar de informarte, lo que yo he pensado es...
SIMÓN.- No
hay que decírmelo.
DON DIEGO.-
¿No? ¿Por qué?
SIMÓN.- Porque ya lo adivino. Y me parece excelente idea.
DON DIEGO.-
¿Qué dices?
SIMÓN.-
Excelente.
DON DIEGO.-
¿Conque al instante has conocido?...
SIMÓN.-
¿Pues no es claro?... ¡Vaya!...
Dígole a usted que me parece muy buena boda. Buena, buena.
DON DIEGO.-
Sí señor... Ya lo he mirado bien y lo tengo por cosa muy acertada.
SIMÓN.-
Seguro que sí.
DON DIEGO.-
Pero quiero absolutamente que
no se sepa hasta que esté hecho.
SIMÓN.- Y
en eso hace usted bien. El sí de las niñas, Moratín
7.- ¿De qué tipo de texto se
trata? Justifica tu respuesta
8.- Busca el significado de las
palabras marcadas en rojo.
Lee el siguiente fragmento de El
sí de las niñas de Leandro Fernández de Moratín:
DON
DIEGO.- Muy bien. Siéntese usted... Y no hay que asustarse ni alborotarse
(Siéntanse los dos) por nada de lo que yo diga; y cuenta, no nos abandone el
juicio cuando más lo necesitamos... Su hija de usted está enamorada...
DOÑA
IRENE.- Pues ¿no lo he dicho ya mil veces? Sí, señor, que lo está; y bastaba
que yo lo dijese para que...
DON
DIEGO.- ¡Este vicio maldito de interrumpir a cada paso! Déjeme usted hablar.
DOÑA
IRENE.- Bien, vamos, hable usted.
DON
DIEGO.- Está enamorada; pero no está enamorada de mí.
DOÑA
IRENE.- ¿Qué dice usted?
DON
DIEGO.- Lo que usted oye.
DOÑA
IRENE.- Pero ¿quién le ha contado a
usted esos disparates?
DON
DIEGO.- Nadie. Yo lo sé, yo lo he visto, nadie me lo ha contado, y bien seguro
estoy de que es verdad... Vaya, ¿qué llanto es ése?
DOÑA
IRENE.- (Llora) ¡Pobre de mí!
DON
DIEGO.- ¿A qué viene eso?
DOÑA
IRENE.- ¡Porque me ven sola y sin medios, y porque soy una pobre viuda, parece
que todos me desprecian y se conjuran contra mí!
DON
DIEGO.- Señora doña Irene...
DOÑA
IRENE.- Al cabo de mis años y de mis achaques, verme tratada de esta manera,
como un estropajo, como una puerca cenicienta, vale al decir... ¿Quién lo
creyera de usted?... ¡Válgame Dios!... ¡Si vivieran mis tres difuntos!... Con
el último difunto que me viviera, que tenía un genio como una serpiente...
DON
DIEGO.- Mire usted, señora, que se me acaba ya la paciencia.
DOÑA
IRENE.- Que lo mismo era replicarle, que se ponía hecho una furia del infierno,
y un día de Corpus, yo no sé por qué friolera,
hartó de mojicones a un comisario ordenador, y
si no hubiera sido por dos padres del Carmen, que se pusieron de por medio, lo
estrella contra un poste.
DON
DIEGO.- Pero ¿es posible que no ha de entender usted a lo que voy a decirle?
DOÑA
IRENE.- ¡Ay, no, señor; que bien lo sé, que no tengo pelo de tonta, no,
señor!... Usted ya no quiere a la niña, y busca pretextos para zafarse de la obligación en que está... ¡Hija de mi
alma y de mi corazón!
Ve
aquí los frutos de la educación. Esto es lo que se llama criar bien a una niña:
enseñarla a que desmienta y oculte las pasiones más inocentes con una pérfida disimulación. Las juzgan honestas luego que
las ven instruidas en el arte de callar y
mentir. Se obstinan en que el temperamento, la
edad ni el genio no han de tener influencia alguna en sus inclinaciones, o en
que su voluntad ha de torcerse al capricho de quien las gobierna. Todo se las
permite, menos la sinceridad. Con tal que no digan lo que sienten, con tal que
finjan aborrecer lo que más desean, con tal que se presten a pronunciar cuando
se lo manden un sí perjuro, sacrílego, origen de
tantos escándalos, ya están bien criadas, y se llama excelente educación la que
inspira en ellas el temor, la astucia y el silencio de un esclavo. (Leandro Fernández de Moratín)
-
- 9.¿Qué opinas sobre los matrimonios concertados?
Escribe un texto argumentando a favor o en contra (mínimo 100 palabras).
-
Textos 5 y 6:
10.Mide los siguientes versos, di
el tipo de texto que predomina en ellos y extrae moralejas de estas
fábulas de Iriarte:
EL GUSANO DE SEDA Y LA ARAÑA
(Se ha de considerar la calidad de la obra y no
el tiempo que se ha tardado en hacerla)
Trabajando un gusano su capullo,
la araña, que tejía a toda prisa,
de esta suerte le habló con falsa risa,
muy propia de su orgullo:
–¿Qué dice de tal tela el señor gusano?
Esta mañana la empecé temprano,
y ya estará acabada al mediodía.
–¡Mire qué sutil es, mire qué bella!...
El gusano con sorna respondía:
–Usted tiene razón; así sale ella.
EL BURRO FLAUTISTA
(Sin reglas del arte, el que en algo acierta, acierta por
casualidad.)
Esta fabulilla,
salga
bien o mal,
me ha ocurrido ahora
por casualidad.
Cerca
de unos prados
que hay
en mi lugar,
pasaba
un Borrico
por casualidad.
Una
flauta en ellos
halló,
que un zagal
se dejó
olvidada
por casualidad.
Acercose
a olerla
el
dicho animal,
y dio
un resoplido
por casualidad.
En la
flauta el aire
se hubo
de colar,
y sonó
la flauta
por casualidad.
¡Oh!
dijo el Borrico:
¡Qué
bien sé tocar!
¡Y
dirán que es mala
la
música asnal!
Sin
reglas del arte,
borriquitos
hay
que una
vez aciertan