Mis cazadores de faltas no desfallecen, ahí siguen, incansables, porque ellos saben que lo que relaja es distinto en estos dos casos; y la culpa se la tiene un tildecilla de nada (o de todo, según se lea):
Él te relaja.
El té relaja.
Aquí os dejo sus últimas cazas:
Esta es "güena", con diéresis |