Tenemos un cerebro prodigioso que es capaz de abstraerse. Es curioso que segregue las mismas sustancias cuando vivimos ciertas situaciones y cuando nos las imaginamos. ¿Y quién puede impedirte imaginar lo que desees?
Los libros enriquecen a la imaginación, y no está el mundo para desperdiciar los buenos momentos. LEAMOS E IMAGINEMOS BELLEZA.
Ya lo dice Ramón Trecet: "Disfrutemos de la belleza, porque es lo único que vale la pena en este asqueroso mundo"
jueves, 19 de noviembre de 2009
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