El paraíso literal
Brilla sin anunciarse.
Apenas hace falta alzar la vista.
Es un ofrecimiento
que la vida nos hace silenciosa
y digna la alegría.
Sencillamente azul dentro del pecho:
qué dicha haber llegado
al lugar donde estaba.
Hoy quisiera
no añadir una coma
al cielo literal de cada día.