Soneto XIII
A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos qu'el oro escurecían;
de áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros que aun bullendo 'staban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol, que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!
GARCILASO DE LA VEGA
A Apolo siguiendo a Dafne
Bermejazo platero de las cumbres,
a cuya luz se espulga la canalla:
la ninfa Dafne, que se afufa y calla,
si la quieres gozar, paga y no alumbres.
Si quieres ahorrar de pesadumbres,
ojo del cielo, trata de compralla:
en confites gastó Marte la malla,
y la espada en pasteles y en azumbres.
Volvióse en bolsa Júpiter severo;
levantóse las faldas la doncella
por recogerle en lluvia de dinero.
Astucia fue de alguna dueña estrella,
que de estrella sin dueña no lo infiero:
Febo, pues eres sol, sírvete de ella.
FRANCISCO DE QUEVEDO
ME GUSTAS TÚ
ME LLAMAN CALLE
lunes, 5 de septiembre de 2011
MIRADAS DISTINTAS
Etiquetas:
1º BACHILLERATO,
1º E.S.O.,
2º BACHILLERATO,
2º ESO,
3º ESO,
4º ESO,
LITERATURA BARROCA,
LITERATURA RENACENTISTA,
MÚSICA,
POESÍA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡Qué fuerte! Ayer estuve deshojando este mito para darme un poco de brillo en un momento de humor. La etimología de mi apellido se prestó a desvelar el linaje apolíneo de mi familia por la vía de Dafne, ¡tenemos un linaje solar que ya quisiera ese Luis XIV de Francia!
ResponderEliminarGracias por las dos miradas... La de Quevedo es tremenda (casi la prefiero por canalla), y tu selección de canciones es muy acertada. He disfrutado mucho esta entrada, mi querida anónima. Te sigo de cerca.
¡Biquiños!
Veamos ahora a F. de Herrera:
ResponderEliminarPor un lado:
"Tal de luzientes hebras coronado
Febo aparece en llamas encendido
tal discurre en el cielo esclaracido
un ardiente cometa arrebatado"
Por otro:
"Tras la bermeja Aurora el sol dorado
por las puertas salía del Oriente
ella de flores la rosada frente
en él encendidos rayos coronado"
Febo, Abraxas, Apitio, Délfico, Peán, Delio... Apolo, el que domó para Mercurio a Pitón y a Delfina; el que regaló a Eros su arco diminuto de los amores caprichosos y los desdenes superfluos, y reservó para sí el de los amores imperecederos y el imperdonable olvido; el que adoptó al cisne, al delfín y al lobo, y adquirió por las lágrimas el laurel de Dafne; ése que, en el Parnaso bebía de Hipocrene y de Castalia, mientras era embelasado por las Musas, y que en la feliz Arcadia de Garcilaso disputaba los amores de ninfas y doncellas; ése antepasado mío y precursor de mi raza tiene mi devoción honda, radical, genética. Gracias por traer un pedestal de palabras tan bello para adornar los instantes que compartimos. Con F. de Herrera has traído hermosos versos.
ResponderEliminar