El peligroso vicio de preguntar
¿Qué vale más? ¿La experiencia o la doctrina?
Dejando caer piedras y piedritas y bolas y bolitas, Galileo Galilei comprobó que la velocidad es la misma aunque el peso de los objetos sea diferente.
Aristóteles estaba equivocado, y durante diecinueve siglos nadie se había dado cuenta.
Johannes Kepler, otro curioso, descubrió que las plantas no giraban en círculos cuando perseguían la luz a lo largo del día. ¿Acaso no era el círculo el camino perfecto de todo lo que gira? ¿No era el universo la perfecta obra de Dios?
—Este mundo no es perfecto, ni mucho menos —concluía Kepler—. ¿Por qué habrían de ser perfectos sus caminos?
Sus razonamientos resultaban sospechosos para los luteranos y para los católicos también. La madre de Kepler había estado cuatro años presa, acusada de practicar brujerías. Por algo sería.
Pero él vio y ayudó a ver, en aquellos tiempos de oscuridad obligatoria:
adivinó que el sol giraba en torno de su eje, descubrió una estrella desconocida, inventó la unidad de medida que llamó dioptría y fundó la óptica moderna.
Y cuando ya se estaba arrimando al fin de sus días, se le dio por decir que así como el sol decidía el viaje de las plantas, las mareas obedecían a la luna.
—Demencia senil—opinaron los colegas.
EDUARDO GALEANO
SIN HAMBRE DE PAN Y DE ABRAZOS
martes, 24 de enero de 2012
IDEAS Y PREGUNTAS
Etiquetas:
LITERATURA CONTEMPORÁNEA,
LITERATURA HISPANOAMERICANA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Buen enlace, Bel. Gracias
ResponderEliminarAhora fui yo quien te echó de menos. Una alegría encontrarte de nuevo!
ResponderEliminarCuando el mundo esté libre de hambre y de abrazos seremos completamente civilizados. :)
Este fragmento pertenece al libro ESPEJOS, si no lo has leído te lo recomiendo. Está repleto de guindas!
ResponderEliminarPerdona el silencio. Pero me hiciste reflexionar hondo... ¡No te figuras cuánto! El agradecimiento es muy sentido, pues brotaron dos largas primaveras en mí, la del pan y la del abrazo. Ojalá podamos ver alguna vez realizado ése anhelo... Otro Mundo Es Posible!
EliminarSano ejercicio! (Como dirían Le Luthiers). Hacerse preguntas es muy saludable, y si además brotan de ellas primaveras...pá qué te cuento!!!
ResponderEliminarOtro mundo es posible mientras no dejemos de preguntarnos. Nos queda la esperanza, aunque sea difícil conservarla...
Si el hombre destruye sin piedad a la tierra que lo acoge, y no se fraterniza con sus hermanos...que no sea porque colaboramos en ello. Cada uno de nuestros gestos es importante.
Así que agradecida me quedo yo por el tuyo.
Por cierto, ¿qué te hizo reflexionar tantísimo? ¿No sería el cuento del camaleón de Boffa? Pues yo, con el final de éste me quedé perpleja.
;)
Este finde vine bastante tocado de Jumilla, la verdad. Estuve en otro encuentro de oración y parece que algo se transformó en mí. Intentaré explicarme: empecé a verme por todas partes, en cada percepción estaba yo, cada objeto, cada paisaje. Cuando miraba el mundo con mis ojos, a través de mis ojos, veía con claridad cómo me proyectaba sobre todas mis percepciones, y por fin era capaz de retirarme de esa mirada a mí mismo, un poquito, digamos empecé a distinguir cuándo empañaba la visión conmigo mismo. Ahora todo es confuso, es como si lo estuviera conociendo todo de nuevo, es como si ya no tuviera opinión. Cuando reflexiono parece que tengo que empezar desde cero, como si estuviera en blanco... Imagínate: sólo la primera pregunta ya me ha dado bastante que pensar. ¿Qué vale más? La experiencia es necesaria, y la doctrina, no. Lo necesario está en otro nivel de importancia, y no puede ponderarse moralmente, ni medirse con otra necesidad. Iba a situarme en un desacuerdo con Galeano porque, por ejemplo, las plantas se mueven y sí que giran en círculos, desarrollan su crecimiento en espiral obedeciendo a tres impulsos, uno de ellos la luz. Pero luego le escuché: hambre de pan y de abrazos. ¿Cuándo viviremos ése mundo? ¿Cómo será? ¿Cuánto pan habré amasado, cuántos abrazos repartido? ¿Con qué materia haré ese pan? ¿Con qué amor engarzaré los abrazos?
ResponderEliminarEl cuento de Boffa me dejó frío, lo siento. Lo releí un par de veces. Tiene gracia, y está bueno, sí, pero no pude confrontarlo con mi historia personal. Siempre tuve facilidad para ser un camaleón y también la suerte de tener cerca a alguien que me recomendara no serlo... Por cierto, no entendí el comentario que pusiste en un principio.
Y el poema de Borges... maaaaaarea.
¡Vaya! La perplejidad y la incertidumbre vienen de serie en seres que son conscientes de su pensamiento. Es normal que la confusión nos agarre de vez en cuando.
ResponderEliminarLa espiral y el círculo están relacionados.
El mundo que nos toca es insolidario y destructivo. Pero también existen personas que lo hacen hermoso.
El comentario fue un experimento que llevé a cabo, ¡y que funcionó!, pero me reservo esa parte. Permítemelo, la intimidad es de los pocos paraísos que nos quedan.
A mí el humor de Boffa me gusta mucho, pero el final de este cuento me desconcertó bastante.
Seguro que las certezas esenciales te inundarán con alegría pronto:01100001 01101101 01100001 01110010 . Y no olvides seguir amasando pan y dando esos abrazos tan reconfortantes a los que tienes cerca!
Nuevo estado de feisbuc: Amarsando panes como abrazos!
ResponderEliminarESO ES!
ResponderEliminarPodemos guarecernos en el amor,
en sacra capacidad de perdón,
en nube, que va y viene,
en tierra, que viene y va,
en ciclos, que no se detienen,
en vida, en muerte, en paz.
Estaba leyendo un poco a Paul Valéry, por lo visto van a publicar unos poemas inéditos (http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/26243/El_ultimo_amor_de_Paul_Valery)
ResponderEliminarAlgunos son muy oscuros, otros encendidos:
Lo siento, amor, pero no, no son flores,
rosas no son, ni crespos crisantemos,
son versos que imaginan que me amas,
versos sin más, tontos como las lágrimas.
Lo siento, amor, no son flores, tampoco
claros diamantes ni piedras de color
para entibiarse con tu dulce calor;
son versos que a tu paso voy sembrando.
Los voy robando a esa punzante pena,
pena por ti que siempre hacia la noche,
no importa dónde esté, festivo el rostro,
se hinca en mi ser y lo hace estremecerse…
Ah si pudieran, tan pronto como se hacen,
huir de mi cabeza hacia tu corazón….
Jo, qué desfase llevo.
EliminarEstá publicado desde el 2009: "Corona & Coronilla. Poemas a Jean Voilier". Versión española de Jesús Munárriz. Ediciones Hiperión.
Bueno, es lo que hay!!
Preciosos versos, mejores que flores o diamantes...
ResponderEliminar