Siempre estás cuando necesito tu mano,
cuando sólo un abrazo me salva.
Siempre.
Siempre.
Me escuchas y navegas en mi océano,
me nutres generoso en la batalla.
Y, cuando estoy desvalida y triste,
acunas cada uno de los rincones de mi alma.
lunes, 22 de octubre de 2012
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