|
Regaló del 1/02/1917 al 8/04/2013 |
Hay muchas personas de las que me he enamorado a lo largo de mi vida, José Luis Sampedro es una de ellas. Su cuerpo ha muerto, pero no él.
Sigue vivo en mí y en muchas personas.
Cada número 68 de mi vida, será un homenaje a él.
Me pregunto si el ladrón se pregunta
y si el especulador se cuestiona
y si el traficante siente o razona
sobre el hielo que hay bajo la punta.
Me pregunto dónde está la justicia
si ahora son el agua y el pan la moneda
y queda libre el que el dinero se queda
atrapado en un ciclo de avaricia.
Me pregunto también si duerme bien
quien quita el pan a la gente sencilla
quien destruye el origen, la semilla
de gente mejor, limpia, buena, fiel.
Parece que están sordos y ciegos,
huecos y tristes, ven y oyen dinero.
Es cierto, el que es así es un prisionero,
perdió el agua, el aire, la tierra, el fuego.
Perdió a los otros, que son el espejo,
reflejan la esperanza y la belleza.
Dar al otro es la más bella proeza
pues lo grande es el juego, no el trebejo.
En el último libro que he leído de Sampedro, escrito con su mujer, a cuatro manos, hace hablar a los cuatro elementos. "Somos naturaleza", dijo. Y sintió.