Vida
Entre mis manos cogí
un puñadito de tierra.
Soplaba el viento terrero.
La tierra volvió a la tierra.
Entre tus manos me tienes,
tierra soy.
El viento orea
tus dedos, largos de siglos.
Y el puñadito de arena
-grano a grano, grano a grano-
el gran viento se lo lleva.
DÁMASO ALONSO
...
AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
Cerrar podrá mis ojos la postrera Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;
Mas no de esotra parte en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,
Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.
FRANCISCO DE QUEVEDO
II
ResponderEliminar¿Con qué podría retenerte?
Te ofrezco esbeltas calles, puestas de sol desesperadas, la luna de suburbios mal cortados.
Te ofrezco la amargura de un hombre que ha mirado largamente la luna solitaria.
Te ofrezco mis ancestros, mis muertos, los fantasmas que los vivos han honrado con bronce: al padre de mi padre que murió en la frontera de Buenos Aires con dos balas que atravesaron sus pulmones, barbado y muerto, a quien amortajaron sus soldados con una piel de vaca; a ese bisabuelo, de la línea materna, que comandó, con veinticuatro años, una ofensiva de trescientos hombres en el Perú, ahora sólo fantasmas sobre monturas desleídas.
Te ofrezco, sea cual fuere, la sapiencia que contengan mis libros, y la hombría y el humor que contenga mi vida.
Te ofrezco la lealtad de un hombre que jamás ha sido leal.
Te ofrezco el núcleo duro de mí mismo que he guardado, de algún modo; el corazón central que no comercia con palabras, no trafica con sueños, y no tocan el tiempo ni el placer ni las adversidades.
Te ofrezco la memoria de una rosa amarilla vista al atardecer algunos años antes de que nacieras.
Te ofrezco explicaciones de vos misma, teorías de vos misma, auténticas y sorprendentes noticias de vos misma.
Te puedo dar mi soledad, mi oscuridad, el hambre de mi corazón; intento sobornarte con incertidumbre, con peligro, con derrota.
de "Dos poemas en inglés" (Jorge Luis Borges)
Ofrendas valiosísimas
ResponderEliminarNo lo creas, Borges deja un trasunto de masculinidad en estos versos, pero es la de su linaje. Lo vive desesperadamente, y es una lástima... Podría preferir su propia libertad, pues a través de esas ofrendas quiere "retenerla" y sin quererlo, es él quien se encadena. En definitiva ofrece éso: cadenas. A pesar de ello tiene ese latido que tanto nos gusta, a ti y a mi, el del maestro Borges.
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