Cada vez mejor tus manos caminan
los surcos y secretos de mi cuerpo,
me aman tus dedos y cautivas
la vibrante luz de mi universo.
La fuerza de mi llama es el reflejo
del camino, de los años, de esa luz,
del rayo que se acerca en el espejo
y trama el hilo donde tejes tú.
Arde extasiada la llama altiva,
pura, viva, expandiendo el firmamento.
Tus manos se tatúan a mi risa,
mi risa se amalgama con tu cuerpo.
Y después de este poema, llega un acróstico, leyendo la primera letra de cada título desde el 11 de agosto de 2012 a hoy, 31 de mayo de 2013.
Paz y libertad.
:)
ResponderEliminarYa somos dueños, aunque no sepamos soñar
Con sueños es todo mucho más intenso...
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